Nuestro aquelarre

23 de junio de 2010

Mordida





By: Isabella

Me quede ahí, un par de segundos, sonriéndole como una total y completa idiota. De todos modos no fue tan malo porque él hacía lo mismo y al final me convencí de que le había caído bien, bueno, al menos hasta ese momento.


-Sofía de la Rosa-dije, al momento que alargaba mi mano-mucho gusto-.

-Edward Cullen-dijo imitando mi movimiento hábilmente-encantado-.

Y me estrecho la mano. Ahora bien, en cuanto mi piel entro en contacto con la suya sentí un tipo de ardor en mis venas. Aun asi me aguante y me limite a seguir sonriendo. El también debió sentir algo porque me soltó la mano muy rápido, como si también le quemara mi rose.

-Bueno-parecía nervioso-ya debo irme-.

-claro Edward.

Acepte llamándolo por su nombre.

-hasta luego.

Y salió de la habitación volando. El resto de esa hora leí los primeros dos capítulos de Cumbres Borrascosas y saque ese y Orgullo y Prejuicio de la biblioteca prestados. Vaya, al menos un beneficio de estudiar en esa escuela.

Además estaba el tal Edward Cullen, un chico guapísimo. De seguro que no iba en ninguna de mis clases pero realmente eso no importaba mucho porque el hecho era que me gustara era más que suficiente. Bien, ya lo he dicho antes, pero me lo repito, yo soy una niña mimada y por lo mismo, siempre obtengo lo que deseo.

Y en ese momento lo deseaba a él, deseaba a Edward Cullen. El resto del día no fue nada mal la verdad.

Primero, después de salir de la biblioteca me tope con una chica agradable. Era un par de centímetros más alto que yo, con el cabello castaño oscuro rizado y los ojos verdes. Era blanca y vestía unos jeans Calvin Klein y una playera converse blanca muy parecida a una mía. Calzaba unos tenis converse igual, color verde claro y lo supe ¡ella era mi amiga!

Digo, a esas horrendas chicas de la clase anterior les caí mal, creo yo en parte por celos pero esta chica (o al menos parecía) de mis estilo asi que era casi imposible que no le agradara.

-ups, lo siento.

Se disculpo.

-no, no importa-replique-soy Sofía ¿y tú?

-me llamo Kristhal…

-bueno mucho gusto Kris.

La salude sonriente, ya habíamos hecho clic.

-¿estas…-parecía confundida-OMG es un milagro, yo sabía que había más de nosotros por aquí.

-bueno, vale, yo también estoy feliz de conocerte.

-¿de qué año eres?

-estoy en el primer semestre apenas ¿y tú?

-perfecto-dijo formando una sonrisa-encajas totalmente-.

-eh…

No le estaba entendiendo la mitad de lo que decía.

-después te lo explico-replico mientras me tomaba de la mano llevándome con ella-ya entenderás-.

-ok-acorde siguiéndola, al fin no tenía muchas opciones realmente-.

Kristhal me sorprendió ese día. Resulto que ella y su amiga Ada (una chica morena, de cabello castaño claro y ojos cafés muy grandes y expresivos que vestía muy parecido a Kristhal con esa simplicidad de marcas elegantes y costosas) estaban buscando a una tercera chica para completar su "aquelarre" por asi llamarlo.

Eran ellas dos, otro par de chicas mayores llamadas Alejandra y Bea y un sinnúmero de chicos distintos. Una cosa por sobre todas que los unía era el hecho de que todos eran ricos.

Cuando me dijeron que sabían que sola no debí haberlo pasado muy bien y que, si estaba de acuerdo podría juntarme con ellos de ahora en adelante un peso salió de mi pecho.

Ya me había yo imaginado el resto del semestre vagando sola por los rincones, sin nadie que me acompañara y no, no fue asi, al final conseguí amigos.

Y eran realmente, todos, fuera de pequeños defectos grandiosos amigos. De esos con los que te diviertes todo el tiempo y que te escuchan si necesitas hablar.

Asi que cuando salí de la escuela ya tenía una cosa menos en que pensar. Y estaba feliz, muy feliz cuando cruce la puerta de la preparatoria. Entonces lo vi.

Estaba en el estacionamiento de la escuela, esperando a alguien en un Aston Martin Vanquish negro.

Y cuando hizo un ademán con la mano, llamándome, no lo podía creer. ¿Yo, Sofía de la Rosa subirme en eso? Ese Aston superaba por mucho a los carros de lujo en los que había subido anteriormente y me acerque en un salto.

-hola de nuevo-salude-¿Qué haces?

El me sonrió de forma tentadora.

-te llevo a tu casa-respondió conforme abría la puerta del coche-rápido-.

Triple tentación. Él, el coche, la rapidez… era una oferta que no podía rechazar, pero igual, no debía subirme a coches de extraños y acababa de conocerlo hace un par de horas.

-vamos-insistió mirándome fijamente mientras le daba unas palmaditas al asiento del copiloto-te juro que no muerdo-.

Y comenzó a reír de forma estruendosa, como si acabara de contar el mejor chiste del mundo.

-ok, ok-no era una niña miedosa y el no parecía un violador-voy-.

Subí y cerré la puerta. El dejo de reír y sonrió contento de haberme convencido.

Entonces arranco a unos 120 kilómetros por hora.

-¿Dónde vives?

Me pregunto casi al subir, en la desviación de la calle Valencia.

-en el boulevard de las primaveras-le di la calle, sabiendo que esta era tan popular por el valor histórico que debía saber donde era-.

-ah, que bien-objeto sin verme-no es tan lejos-.

En el camino realmente no hablamos. El iba callado y no quise romper el hielo, generalmente, con los chicos no tenía que hacerlo porque ellos lo hacían pero con Edward era distinto.

Cuando llegamos a la calle le indique con pocas palabras que mi casa era la color durazno que estaba a la mitad del boulevard y estaciono con cuidado.

-¿necesitas algo más?

-no-negué-gracias por traerme-.

Y comencé a bajar del auto.

-¿nos veremos después?

Me pregunto de sorpresa, cuando me incline a cerrar la puerta.

-sí, supongo-le respondí-ya sabes la escuela es muy grande y…

-por supuesto que nos toparemos de cuando en cuando-término mi frase con los ojos repentinamente obscuros y la voz apagada-.

Asentí con una sonrisa poco comprometedora y me di la media vuelta, hacia mi casa.

Tire la mochila en un sillón y fui a la cocina por un vaso de agua.

Cuando me volví el estaba detrás de mí. No pude evitar saltar de la sorpresa.

-eh…

Iba a preguntar ¿Qué haces aquí? Pero pensé que sería muy grosero de mi parte.

-se te olvido esto en el auto-me dijo con mi monedero en la palma de la mano-pensé que lo necesitarías, la puerta estaba abierta y pase…

-sí, claro-lo interrumpí-lo siento, gracias por traérmelo-.

-de nada-expreso con voz suave-la verdad tenía ganas de volver a verte-.

-¿a mí?

Inquirí, incapaz de creer eso. Si me hubieran preguntado antes si Edward Cullen podría estar interesado en mí mi respuesta hubiera sido negativa.

-eres tan hermosa…

Entonces, con cautela estiro su mano y roso mi mejilla. Mis labios con las yemas de sus dedos.

Se acerco, guardando algo de distancia entre nuestros cuerpos y se inclino para besarme.

Estaba a punto, a punto de que sus labios se encontraran con los míos, y yo lo deseaba tanto como el pero antes tenía que preguntarle algo:

-¿tienes novia?

Ahora bien, yo no estaba lista para lo que se me venía.

-¿Qué si tengo novia?

Repitió mis palabras como si no las entendiera alejándose de mí.

-sí, ya sabes una relación o…

-debo irme Sofía-me informo caminando hacia la puerta-.

-pero…

¿Qué le había pasado?

-nos vemos después.

Subió a su coche y en menos de medio minuto ya se había esfumado.

Mi mamá llego a la casa a eso de las 3 de la tarde. Traía comida del restorán de Liverpool para tres personas.

La ayude a poner los platos y nos sentamos a comer.

-¿y cómo te fue hoy?

Fue su primera pregunta. Yo aun quería que me cambiaran el siguiente semestre pero no se lo podía decir desde ese momento, no sin pensar en todo lo que había pasado hoy.

-al principio pésimo-le fui sincera y forme una mueca al recordar la primera clase-pero todo mejoro un poco. Conocí un grupo de chicos muy agradables que ya son mis amigos, la biblioteca estaba muy grande y…

-¿no conociste ningún chico?

Soltó la verdadera pregunta. Mi madre nunca había sido muy restrictiva en ese tipo de aspectos, lo que sí, que ella siempre quería todos los detalles de mis citas y asi.

Obvio no le iba a hablar de Marco. Solo le provocaría un mal sabor de boca. Pero Edward, bueno, con el era distinto.

-no, no.

Desde que negué dos veces supe que no me iba a creer.

-¿segura?

Asentí levemente.

-vamos, Sofí, dame todo, todos los detalles sucios.

Me pidió divertida, expectante.

-bueno-dije jugando con un mechón de mi pelo, como lo hacía siempre que estaba nerviosa-hay un chico, Edward Cullen, que al principio me gusto, me lo encontré en la biblioteca y después, a la hora de la salida me trajo a casa. Estuvo a punto de besarme-al decir esto enrojecí-pero de pronto, cuando le pregunte si tenía novia desapareció-.

-mmm…

-lo se mmm…

-bueno eres muy bonita, si no es el, ya encontraras a alguien más.

-gracias mamá.

Le conteste y seguimos comiendo. El resto del día fue muy productivo, hice toda la tarea que nos dejó la cual en realidad era poca en comparación en la que me dejaban en el colegio al que asistía anteriormente. Hable un rato con mi padre en su despacho sobre mi día, sin mencionar mucho a Edward realmente y hasta le ayude a María (nuestra muchacha) a lavar los trastes.

En la noche, luego de leer un par de capítulos de un nuevo libro que tenia "el niño con el piyama de rayas" puse mi mp3 con la música clásica con la que siempre dormía y me acosté a eso de las once.

Un ruido, casi imperceptible, me despertó como a las 4 de la madrugada. Abrí los ojos y Edward estaba ahí, frente a mí.

Ninguno de los dos dijo palabra. Ya sabíamos lo que quería el otro y estábamos de acuerdo ambos. Sin pensarlo la verdad me pare y me acerque a él.

-no-hablo después de minutos de silencio-no te levantes-.

Lo obedecí sin saber muy bien el porqué y me volví a recostar en mi cama, y me tape con el cobertor.

Entonces, el sigilosamente llego hasta mi lado y se inclino, creí yo para besarme. Sus labios se pasearon por mi cara, rosando mis mejillas hasta que llego a mi clavícula. Ahí, bajo hacia mi cuello con lentitud, rozándolo cada vez más, y sentía su halito helado en mi piel.

La sensación me resulto atemorizante por alguna razón y moví un poco mi cabeza para verle el rostro.

Y entonces vi sus colmillos, blanquísimos, saliendo de su boca, esperando por sangre fresca, por mí la mía.

Abrí mi boca para gritar, mientras sentía sus colmillos traspasar mi piel.


Bueno, este es mio y espero no decepcionar, lo escribi varias veces y estaba muy indecisa. Les recuerdo que el viernes de esta semana publico a los ganadores del concurso del "mejor blog vampirico" y el maraton de lazos de sangre sigue en pie, ademas le doy la bienvenida a night eternal, una chica super...

3 comentarios:

Irene Comendador dijo...

Bueno se que es repetirme, por que ya te habia dicho lo fantastico y perfecto que te quedo el capi cariño, pero no puedo dejar de hacerlo, asi que haya voy

genial hermoso, intrigante, espectacular, tierno, electrizante, emocionante y todos los mejore adjetivos que existan para destacar tu talento y tu imaginacion un beso mi reina de oro y espero hablemos pronto cariño

Por ciero ¿recibiste mi correo?
Miratelo y me contestas con lo que te parecio,
te quiero mi niña

Blueberry (Susan Valecillo) dijo...

Hola Isabella.. Aqui de Nuevo. Lei El Cap Dsd El Blog de Irene y Me Encanto!! Kedo Super!! ^^ Talvez no te acuerdes de mi pero tu blog Cn Anterioridad Se Llamaba Igual Ke Uno De Los Mios.. Pero Hoy Te Invito a Ke Chekees Mi Blog -No Es obligatorio- El Link es http://www.enotromundo-fuerademicielopersonal.blogspot.com/

Cuidate Mucho Y Kisses!!

Susan...

Ariusk dijo...

Nena que bien te ha quedado Sofia no se por momento me cae bien por momentos no jeje, y que madre se gasta la niña de verdad ejeje y bueno con lo ultimo m dejastes fria y muerta de la intriga, te quedo muy bien escribes genial, Un beso nena y sigue así!!