Nuestro aquelarre

10 de septiembre de 2010

Deseos Obscuros 1



Capitulo 3
Secretos Revelados




—Elizabeth—pronunció mi nombre arrastrando las palabras.

Aquello no podía resultar en nada grato.

— ¿Sí?

—Soy un vampiro.

Sentí un ligero escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

— ¿Tú y toda tu familia?—interpelé implicando al resto de los Stewart en el asunto.

—Sí, todos.

— ¿Vampiros… vampiros?

Sé que preguntar eso fue definitivamente estúpido de mi parte pero necesitaba estar segura.

—Somos lo que tú consideras un vampiro. Ya sabes ser inmortales…

Se detuvo al ver la expresión de mi rostro.

James, los Stewart… eran vampiros y al mismo tiempo eran amigos de Fidelmar.

¿Acaso no le resultaba extraño a mi padre (que era una persona normal) tener por amigos a un puñado de vampiros?

Bueno, entonces se me ocurrió que podría obtener algo de información. Si James era un vampiro lector de mentes algo tenía que saber.

— ¿Y sabes algo de mi escudo?—dije escondiendo mi ansia de forma poco creíble.

—Quieres saber sobre tu madre—aquello no era una pregunta. Suspiró—. Tu madre era híbrida—me confesó sin darle vueltas al asunto, de forma directa.

¿Híbrida? ¿O sea vampiro y humana a la vez?... ¿Cómo Reneesme la hija de Edward y Bella en el Crepúsculo? (ese libro era uno de mis favoritos).

Así que la vida no era justa ¿Por qué yo no era pálida y bella? ¿Por qué mis ojeras eran unas enormes manchas obscuras mientras ellos obtenían aquellas de un lila desvaído y poco notorio? Bueno tal vez era debido a que yo no soy un vampiro… ¿o sí? Hasta ahora nunca había bebido sangre ni pensado en hacerlo.

— ¿Yo soy un vampiro?

—Un poco—sus palabras hicieron que mi cabeza comenzara a dar vueltas.

Era una híbrida, o lo que sea… Era un maldito vampiro. ¿Por qué no parecía uno? ¿Por qué no actuaba como tal?

— ¿Voy a empezar a morder cuellos?—solté horrorizada.

—No lo creo—su voz sonaba clara—. Los vampiros nos dividimos en dos tipos—se recargó en un árbol y un poco de luz se posó sobre su nívea piel—: los herederos y los clásicos—comenzó su cátedra con tono formal y profundo. Me sentí como si estuviera en clase, aunque dudo que exista alguna escuela donde den algo como introducción a las clases de vampiros y nunca había visto un maestro tan guapo, joven… Y vampírico a la vez—. Los herederos tienen el gen del vampirismo en la sangre. Es algo con lo que nacen, al principio son como cualquier humano y al llegar a la adolescencia se convierten poco a poco. A diferencia los clásicos son los que están infectados por medio de la mordida de otro vampiro o el contacto con su sangre.

— ¿Infectados?—repetí sus palabras un poco revuelta—, ¿el vampirismo es un virus?

—Algo por el estilo—contestó con un murmullo—. En medicina se le llama V5.

— ¿Mi padre sabe esto?—no lo podía creer del todo.

—Sí, conocimos a Fidelmar hace unos 12 años. Nos convertimos en amigos. Tu padre es una buena persona; muy leal. Yo se que confía en nosotros y nosotros en él.

— ¿Y no le molesta saber que beben sangre de humanos?

¿A mí me molestaba?

—No, porque es algo que no practicamos. Levi nos ha iniciado a todos en una dieta a base de sangre de animal.

—Ahí es cuando cazas—me adelanté.

—Exacto. No es un manjar pero supongo que es mejor que ser un asesino—añadió.

—Es tu naturaleza.

Lo disculpé por si acaso alguna vez hubiera o habría de beber sangre humana.

—Eso no es una excusa—rebatió mi disculpa con repugnancia en sus ojos líquidos de cuarzo—. Ustedes no son trozos de carne—sus ojos estaban negrísimos.

— ¿Qué tipo de vampiro eres?

—Uno clásico.

— ¿Y mi madre?

—Tú y ella son herederas híbridas. Los de mi clase las llamamos nigth-timer.

— ¿Hora de dormir?—no era muy buena en idiomas pero esa traducción era sencilla.

—Sí, ustedes se parecen más a lo que se considera como un vampiro “común”. No todos pero a algunos de tu clase les molesta un poco la luz del día—notó mi expresión aterrada.

¿Acaso si yo me convertía no podría salir a la luz del día? ¿Tendría que vivir en las tinieblas de la noche?

—Es como si fueran alérgicos, se sienten soñolientos, cansados, tal vez les lastimen los ojos, pero solo eso; no se queman—continuó—. Podrían morir si una estaca les atravesara el corazón o perdieran mucha sangre.

Mi expresión no mejoraba ¡morir! Morir… morir…

—Es casi imposible—intentó darme un poco de ánimo como diciendo de forma muy sutil “hey aun eres mejor que un humano” como si eso pudiera agradarme—. De todos modos lo del ajo es un mito.

¿Nunca podría ganarle a James? Si yo era un escudo el leía mentes, si yo era un vampiresa normal (estoy muy lejos de ser físicamente Anne, Catherine o al menos alguna actriz de cine) él era un vampiro mejor…

— ¿O sea que me voy a transformar?—no capté muchas de las cosas.

—No lo creo—se apresuró—, por la mezcla lo más probable es que seas solo portadora del virus.

—Como una seropositiva—me arriesgué a estar equivocada.

—Es una buena comparación—me sonrió con gusto como si estuviera orgulloso de mí—. Eres muy inteligente—elogió mi repentino ardid.

—Habla el chico que se sabe las fórmulas de los binomios de memoria—lo alagué, sin querer quedarme atrás, sin querer que él pensara de mi algo que no era.

—Eso lo adquirí con el tiempo; es algo que cualquiera podría obtener—seguía siendo muy cuidadoso respecto a su edad—, pero tú eres distinta… eres especial.

¿Cuándo mi clase sobre los vampiros había terminado? Ahora estábamos intercambiando cumplidos. ¿Existía alguna posibilidad de que yo le gustara?

Claro que no. Éramos de mundos distintos y lejanos.

Inesperadamente se me acercó y con cuidado rosó mi mejilla. No pude evitar temblar. Sus dedos estaban helados, como si los acabara de meter en el congelador, como si estuviera muerto (algo que era muy cercano a su realidad un muerto en vida; un inmortal). Trazó una leve línea con su índice en mis labios con delicadeza (como si se tratara de un objeto frágil).

Me quedé sin aliento.

Hace veinticuatro horas era aun la niña de mi padre. Un poco dañada pero al fin y al cabo una niña común. Ahora todo había cambiado. Estaba en el bosque con el tipo más bello y misterioso del mundo (que era casualmente un vampiro). Los Stewart eran vampiros, mi madre era un vampiro y yo también lo era. Un maldito fenómeno. Me sentí engañada. Fui engañada por 15 años.

Mi cerebro estaba a punto de dejar de trabajar. Podía sentir mi pulso alocado bajo las venas. Mis oídos zumbaban. Aquello era simplemente demasiado para mí.

—Soy un fenómeno—grité iridiscente mientras me volvía y caminaba en el bosque.

Me siguió e iba a mi paso.

—No eres un fenómeno—me contradijo realmente encolerizado—; eres especial.

Intente rebasarlo pero el caminaba cada vez más rápido.

—Especial mi abuela—mi voz no me era familiar; estaba furiosa como si hubiera sido llevada al límite—. Soy un monstruo.

Seguimos caminando. Reconocí el lugar, estaba cerca, muy cerca de mi casa.

—Elizabeth tú no eres un fenómeno y mucho menos un monstruo—cuchicheó como si de verdad le molestara que yo me tratara a mi misma con desdén.

Sin darme cuenta estaba ya adelante mío. Malditos superpoderes de vampiro. Otra cosa para añadir a mi lista.

—Claro que lo soy—vociferé a punto de llorar—. Mejor sería no haber nacido.

—Nunca vuelvas a decir eso Elizabeth—su rostro se crispó como si acabara de decir la peor de las maldiciones. Y me sacudió como si yo estuviera en estado de shock. Tenía unas inmensas ganas de lanzarme sobre él y llorar entre sus brazos pero refrené mis deseos. No podía dejarme llevar de ese modo tan peligroso por él— ¿Te arrepientes de que te haya contado?

¿Era mejor no saber nada? ¿Vivir felizmente engañada?

—No lo sé—no quería que el supiera lo mal que me sentía pero se resbaló de mis ojos una lagrima delatadora. Estaba ya un poco mareada pero desde ahí pude ver mi casa.

— ¿Te sientes mal?

¿Fue mi imaginación o estaba en serio al menos un poco preocupado por lo que me podría pasar?

—No, no… solo necesito estar sola—le pedí—. Desde aquí veo mi casa, ya te puedes ir.

—Como quieras.

Seguí caminando y el no me siguió.

—Elizabeth—gritó ya lejos—. Lo siento.

Quise responder pero me dio miedo descontrolarme. Ya enfrente de mi casa recordé que había olvidado mi mochila en el Beatle. Usé la llave que Fidelmar guardaba debajo de una maceta y entré. Me aseguré tambaleante de que nadie estuviera en la casa y cuando me di cuenta de que estaba sola me dejé caer sin más preámbulos.

Sentí la suave y mullida alfombra de mi cuarto en mis manos y luego en mi cara. Mis lágrimas eran profusas, tanto que me nublaron la vista. Estaba lastimada.

¿Por qué Fidelmar nunca fue sincero conmigo?…

Mis chillidos me hicieron sentir calosfríos. No sé cuánto tiempo estuve así. Al final logré calmarme un poco cuando mis ojos se secaron. Entonces pude pensar todo con más claridad.

Malditos Stewart los ODIO, pensé dolida.

Ellos no te han hecho nada.

Cállate vocecita interior, respondí, no sabes nada. Lo de mi Maribel, lo de mi mamá aun me duele

Lo que pasa es que te gusta auto compadecerte a ti misma. Eso de tu madre es ya lo que es: un pasado inevitable. ¿Y qué hay del futuro? ¡No te dejes caer!, me apremió a seguir adelante.

Es fácil criticar tú no eres la que fue engañada durante más de 15 años. No entiendes nada. No tienes ni la menor idea de cómo me siento, respondí rabiosa.

Bien, fuiste engañada, te duele, odias a todos, bla, bla, bla. Ese chico James te desengaño

¿Y?

Es realmente guapo. Que digo guapo; arrrrdiente, dijo mi mente con las hormonas alborotadas.

Cállate. No necesito que me digan lo que ya se: el es muy guapo, sincero, perfecto, inteligente… ¡Es un vampiro!

Ah lo siento mucho señorita normal. ¿Y que si es distinto? Tú también lo eres, genial yo misma me ofendía, respecto a tu padre él la ha pasado mal cuando llegue no seas tan dura.

No lo sé.

Solo recuerda contarle sobre tu poder de robar recuerdos. Y él te ama, no se te olvide nunca.

Tal vez mi conciencia tenía razón. Los Stewart no me han causado daño alguno; de hecho debería de agradecerle a James por elucidar secretos.

Robar recuerdos je, je, je. Eso sí que sonaba gracioso. Mi papa llego antes de lo esperado. Cruzo la puerta y al verme ahí, tirada en el piso lo supo todo.

—Elizabeth—su voz era lastimera—, cuanto lo siento.

En ese momento la poca rabia que quedaba en mi interior se desvaneció. Intenté pararme como loca pero me di un buen sentón en el piso.

—Mi princesa—dijo Fidelmar mientras se acercaba a mí y me ayudaba a ponerme en pie—. ¿Me perdonaras?

—Mi madre era un vampiro—los ojos se me anegaron de lagrimas al decirlo—. Yo soy un vampiro.

—No totalmente pequeña—hizo una mueca—, se que yo debía decírtelo y no James, eso lo lamento. Eres aun una niña y no lo entiendes…

—No— señalé con firmeza. Antes lo era pero ahora me sentía más adulta. El dolor me había ayudado a madurar—. Tal vez no soy una adulta papá—rebatí un poco más condescendiente—, pero no soy una niña. Soy una adolescente. Sé que solo tengo 15 años 6 meses y 29 días pero sabes que soy madura para mi edad.

Mi papá me miró dubitativo. Toqué su mejilla con dulzura era su hija y…

Una ráfaga de imágenes parecida a la que tuve con James inundó mis pensamientos.

“Eres lo único que me queda en el mundo.

“Somos ahora solo tú y yo Elizabeth.

“No creo poder ser sincero con ella James.

“¿Le has dicho la verdad? Es tan solo una niña.

“No quiero que la molestes.

“Anne… ¿Acaso has visto que mi pequeña tiene que ir a esa escuela de pequeños monstruos?

“Más te vale que no estés pensando en lo que creo que piensas.

La cabeza me daba vueltas otra vez. Fidelmar no pensaba decirme la verdad. Le debía una disculpa a James; él había sido sincero conmigo. Me enteré de que si existía la posibilidad de que me transformara y si eso ocurría tendría que ir a una escuela llena de vampiros en transformación como yo. Ellos no sabían lo de mi habilidad de robar recuerdos. Si lo supieran me llevarían (me di cuenta de que en mis planes incluía a los Stewart) a ese internado de freaks. ¿James habría asistido a la Noche Obscura (que era como llamaban a aquel internado) en su pasado?.. Mi cabeza estaba revuelta.

Basta Elizabeth eso no es relevante ahora, comenzó a debatir mi voz interior.

¿Segura?

No le digas nada a Fidelmar sobre tu nuevo don. Actúa normal y perdónalo. Parece destrozado. Sabes que es muy débil y no ha madurado, me aconsejó.

—Elizabeth—mi padre me sacudió—. ¿Me perdonaras?

Abrí los ojos… estaba realmente envejecido de la preocupación que le causaba que al final del día no lo perdonara.

—Por supuesto que sí—dije como si fuera obvio—. Dime algo…

Ve con calma y pregunta sobre tu don.

—Lo que quieras—ya estaba en mis manos—… pregunta lo que quieras.

— ¿Crees que me convierta en un vampiro?

—No lo sé.

— ¿Hay algún otro vampiro en el pueblo?

—Sí. Itzel Celess Rasso lo es. Tal vez también su hermano. No sé mucho de eso.

Mi amiga de toda la vida era un vampiro. Genial, una más a la lista.

— ¿Tú tienes algún don?

—No, soy solo un humano. Tu eres algo así como 75% humana y 25% vampiro.

—Ah, ok. Gracias papá—concluí mientras lo besaba en la mejilla—, y buenas noches.

— ¿Ya te vas a dormir?

—Sí. Fue una tarde larga—respondí ya subiendo las escaleras.

Entré a mi cuarto con la respiración entrecortada. Ya no era la chica que creía ser. Ahora era un posible vampiro. Mi madre era una vampiresa. Ahora tenía otro don: robar recuerdos. En realidad no era tan malo; hasta existía la posibilidad de ser bella si me llegaba a transformar. Iba a ser inmortal, exquisita y única. Una ladrona de recuerdos y un escudo a la vez.

Los Stewart eran vampiros. Tal vez podrían estar de mi lado. Solo necesitaba cerciorarme de ello. Itzel al parecer era una vampira heredera. Ella podría ser mi amiga si todo el mito se convirtiera en realidad. Sería fácil. Ridículamente fácil. Solo necesitaba un poco de tiempo para asimilarlo. Solo un poquito de tiempo y me acostumbraría a todo ello.

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Ya los tenia abandonaditos pero he regresado, solo les digo que ya no podre avisarles cuando publique deseos pero lo hare todos los viernes y el miercoles hay primeras asi que por aqui los esperamos yo y mi hermana Irene.

Espero el capi haya quedado bien, recuerden dejarme sus coments o reacciones si leen, buen finde a todos, los quiero mil.

Besos.

4 comentarios:

leire dijo...

Hay mi sobrinita,dios que talento tiene mi niña,todavia tengo la boca abierta,de donde sacas toda esa imaginación, pobre Elizabeth todo su mundo cambia en un segundo,hay ella seguidora de crepusculo muy bueno,pobre chica y a la vez muchas la envidiaran por ser lo que muchas desearian,Elizabeth se trasformara,bueno la verdad es q ya tiene suerte con contar con dones tan buenos,Isabella cariño te quedo el capitulo perfecto lo esperaba ansiosa pero ahora estoy mas ansiosa de leer el proximo,te quiero mi niña.Leire

IRENE dijo...

WOW MI VIDA, UN CAPI, LARGO INTENSO Y MUY TRISTE, O ESO ME PARECIO A MI, PORQEU LA POBRE LLEGA A CREERSE UN MONSTRUO, POR DIOS, ¿COMO PUEDE SER ESO POSIBLE? SI ES UN ANGEL, MADRE MIA QUE BIEN ESCRIBES MI NIÑA MI HERMANA, ME TENIAS TODA ENGANCHADA DESDE LA PRIMERA HASTA LA ULTIMA LETRA
BUENO YA ME VOY QUE ESTOY EN LA OFI Y SON LAS TANTAS, MI MARIDO HOY ME MATA, AJAJAJAJAJ
BESOS Y YA LO SABES PERO TE LO DIGO IGUALMENTE
TE QUIERO MUCHO CARIÑO

..*D!¡ana: dijo...

..Hola madrinilla sexy, bendición xD wow te quedo super el capi; darse cuenta de la verdad en un dia y todo de sopeton es duro, y más afrontar la realidad; pero es interesante, bueno espero el otro cap con ansias ya que deseo saber si se convertira elizabeth y si ira al internano ¿como sera si eso pasa? hahaha publica prontillo ya q tambien me agradaria saber más sobre James xP..

Cuidate y besillos...
Att:..*D!¡ana.

Teles dijo...

Me ha encantado el capítulo, muy intenso, magníficamente escrito. Tienes un talento abrumador, pequeña.
Estaré pendiente especialmente miércoles y viernes ;-)
Un beso.
T.